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RECORDANDO A JOSEFINA CUESTA

RECORDANDO A JOSEFINA CUESTA 

Queremos destacar el fallecimiento de Josefina Cuesta, Catedrática de Historia Contemporánea en la Universidad de Salamanca y especialista en la Historia social del siglo XX, miembro fundador de AEMIC, mentora, compañera, docente e intelectual. Recogemos algunas palabras en recuerdo de su obra y persona:

Josefina Cuesta Bustillo y AEMIC

Alicia Alted Vigil, 31 de marzo de 2021

Ayer recibimos la triste noticia del fallecimiento de la historiadora Josefina Cuesta, catedrática emérita de Historia Contemporánea en la Universidad de Salamanca.

No recuerdo el momento en el que nos conocimos, pero fue en los años ochenta y desde el principio iniciamos una relación profesional y una amistad que el tiempo consolidó. La última vez que nos vimos fue el 12 de diciembre de 2019, cuando asistió a un acto que se celebraba en la Biblioteca Nacional, en Madrid, y en el que participé junto a Dolores Fernández. Después, con otros compañeros, estuvimos charlando un rato en la terraza del café El Espejo que se encuentra frente a la Biblioteca. La encontré como siempre la había conocido: vital, alegre, llena de proyectos académicos; se había jubilado, peros seguía tremendamente activa.

Quedamos en que teníamos que retomar antiguos proyectos compartidos y vernos pronto de nuevo.

Entonces la pandemia del COVID 19 ya sobrevolaba sobre nosotros sin que todavía tuviéramos conciencia de ello. Después, el confinamiento lo interrumpió todo. Hace unas semanas supe de su enfermedad a través de una buena amiga común, la historiadora e hispanista Giuliana Di Febo. Ahora nos enteramos de que nos ha dejado.

Ayer se publicó en El País una emotiva y certera semblanza académica y humana de Josefina escrita por la historiadora María José Turrión. En estas líneas quiero destacar su presencia en la Asociación para el Estudio de las Migraciones y los Exilios Ibéricos Contemporáneos (AEMIC).

El origen de AEMIC está en las conversaciones que Josefina Cuesta, Benito Bermejo, alumno y discípulo de Josefina, y por mi parte mantuvimos con las historiadoras francesa y argelina Geneviève Dreyfus-Armand y Andrée Bachoud. En noviembre de 1994 se lanzó en París el anteproyecto de una asociación que tenía como finalidad “coordinar y promover los estudios e investigaciones sobre los exilios y las migraciones ibéricas”. La idea que tuvimos en principio fue la de crear una única asociación franco-española, pero la legislación de ambos países al respecto era diferente y optamos por constituir dos asociaciones con los mismos objetivos y con unos niveles estrechos de colaboración que se concretaban en los respectivos Estatutos.

Primero apareció el Centre d’Etudes et de Recherches sur les Migrations Iberiques (CERMI), constituido oficialmente el 23 de agosto de 1995. El 22 de febrero de 1996 se celebró en la Embajada de España en París una reunión, bajo la presidencia del embajador Máximo Cajal, en la que Andrée Bachoud presentó el CERMI y por mi parte, en representación de la Comisión gestora, la correspondiente asociación española, AEMIC, que en esos momentos estaba en proceso de creación, pero ya se habían redactado sus Estatutos, aprobados por el Ministerio de Justicia e Interior el 16 de enero de 1996.

La Asamblea constitutiva de AEMIC se celebró en Madrid, en el salón de actos del Centro de Estudios Históricos del CSIC, el 25 de octubre de 1996. En esa reunión se eligió a la primera Junta Directiva: Presidenta: Alicia Alted, Vicepresidenta: Josefina Cuesta, Secretario: Benito Bermejo, Tesorera: Ángeles Egido, Vocales: Hipólito de la Torre, Carmen Sierra, Lorenzo Delgado, Manuel Aznar Soler, María Fernanda Mancebo, José Babiano y Juan Carlos Pereira.

Así pues, Josefina siempre nos acompañó en AEMIC, desde que era una mera idea que había que hacer realidad, hasta que ha fallecido. Colaboró estrechamente conmigo y con mis sucesores en la Presidencia de la Asociación, primero Dolores Fernández y después José María Naharro que continua como presidente, y lo hizo con generosidad, ilusión y compromiso; como se enfrentaba a todo en la vida.

Desde el primer momento la Junta Directiva planteó editar una revista: Migraciones & Exilios. Cuadernos de AEMIC y quiero recoger aquí su origen porque quizás algunos no lo conozcan. El 5 de junio de 1999 nos reunimos, en el hotel Villamagna de Madrid, Josefina Cuesta, Manuel Aznar Soler, Juan Antonio Díaz y quien escribe con el refugiado español en México Eulalio Ferrer, a la sazón presidente de la Fundación Cervantina de México. Le llevamos un proyecto de revista que habíamos esbozado en la Junta Directiva y mostró una muy buena acogida. Poco después nos comunicó que el Consejo Rector de la Fundación Cervantina había acordado patrocinar la puesta en marcha de la revista con un millón de pesetas.

Ayer José María Naharro me pidió que escribiera unas líneas sobre la estrecha vinculación de Josefina con AEMIC. Aquí van, las he redactado con profundo cariño e inmensa pena por la definitiva ausencia de alguien que al marcharse se ha llevado también fragmentos de nuestras vidas. Ahora sólo nos queda su memoria, su recuerdo, nunca el olvido.

Hasta siempre, compañera, amiga. Descansa en paz.

José María Naharro-Calderón, presidente de AEMIC

Hay personas que se van, hay otras que casi nunca llegaron, y las que se quedan para siempre. Josefina Cuesta era de estas últimas: humana e intelectualmente, sin fisuras.

Tuvimos la fortuna de compartir ratos inolvidables con ella, y de contar con su apoyo inigualable en diversos proyectos, entre ellos, en la junta directiva de AEMIC entre 2018 y 2021, cuando regresó como si fuera el primer día de la asociación.

Me recordaba a otra excelsa mujer que también mostró en la Universidad de Salamanca su compromiso y ejemplo decisivos, abriendo caminos en la búsqueda de la verdad radical en sus respectivos campos: Gloria Begué, primera decana de una facultad universitaria en España. Josefina pertenecía a dicho cenáculo, siempre abierto generosamente a la inquietud y ayuda hacia el conocimiento.

Imposible pasar página ante estas pioneras: faros y guías.

Dolores Fernández, expresidenta de AEMIC.

Lloro. Siento una pena muy grande por el fallecimiento de Josefina Cuesta Bustillo, catedrática emérita de la Universidad de Salamanca. Hace algo más de un año que nos vimos en Salamanca y ahora no encuentro la última foto que me hice con ella. Pongo esta en su lugar, es de cuando participamos como grupo en el Congreso Mundial Mundos de Mujeres en la Complutense con el proyecto que llevaba de AEMIC sobre la memoria y desmemoria de las mujeres republicanas. Tan llena de vida y energía. Tan inteligente… Ella es la que está al fondo, hablando con las alumnas y yo la observo

La fotografía que nos hicimos en Salamanca, en enero de 2020, no sabíamos la que se venía encima apenas dos meses después y estamos sin mascarillas, muy juntas y sonrientes. Y en agosto de 2020 participamos las dos en unas jornadas de la Diputación de Granada. No coincidimos, fueron distintos días, y además las medidas de seguridad eran extremas porque Granada estaba prácticamente cerrada. Ella impartió su conferencia sin mascarilla (y fue hasta allí con su coche, como siempre)… a mí me pidieron que no me la quitara durante la charla y fue necesario llevar «salvoconducto».

Guadalupe Adámez Castro, vicepresidenta de AEMIC

Entre mi primer y último encuentro con Josefina pasaron más de 10 años y ojalá que hubieran sido muchos más.

El primero fue en Salamanca en 2009, yo asistía a un congreso que Josefina, junto a María José Turrión, dirigía: «Memoria de mujer. Españolas 1937-1978», en el que intervenía también mi directora de tesis, Verónica Sierra. Era mi primer año de Doctorado y mi primer viaje a Salamanca como investigadora, difícil de olvidar.

El último encuentro fue en el verano de 2020 en una junta que AEMIC tuvo que realizar online dadas las circunstancias actuales, la última imagen que tengo de ella es digital, acorde con estos tiempos tan extraños que vivimos.

Josefina ha sido un apoyo fundamental en mi carrera como investigadora: colaboró con muchos de los proyectos lanzados desde mi grupo de investigación SIECE-LEA, sus trabajos fueron un referente absoluto para mí y tuve la inmensa suerte de que formara parte de mi Tribunal de Tesis Doctoral en 2015 y que después me acogiera durante unos meses como postdoc Juan de la Cierva. Sus estudios y sus proyectos siempre me inspiraron y guiaron. Entre las últimas de sus enseñanzas, los expedientes de mujeres universitarias conservados en el AGA. Mujeres pioneras, como ella, ansiosas de conocimiento y no exentas de voluntad por conquistar espacios que no les habían pertenecido hasta ese momento. Sus enseñanzas son infinitas y estarán siempre con nosotros.

Las personas que dejan una huella tan grande nunca pueden irse del todo.

Mariluz Bort, vocal de la Junta Directiva de AEMIC

A Josefina Cuesta la recuerdo siempre con su traje de falda y chaqueta por la Ciudad dorada. Era una excelente profesional dedicada a la memoria, cimiento fundamental para la construcción histórica y el entendimiento del presente. Me abrió las puertas del Centro de Estudios de la Mujer de la USAL y me facilitó el acceso al Centro Documental de la Memoria Histórica en 2017. En nuestros encuentros en la C/Libreros, me enseñó a analizar los mecanismos del recuerdo. Nos unía la reivindicación necesaria de la experiencia en femenino en el siglo XX y posteriormente, pudimos compartir nuestras voces y dedicación en congresos y en AEMIC.

Unamuno le pedía a Salamanca que guardara su recuerdo cuando él se fuera. Josefina siempre será guardada en el recuerdo de aquella ciudad, en todos los lugares por los que ella pasó y en los momentos que nos compartió; y su memoria será centinela a través del legado intelectual imprescindible que nos dejó.

Buen viaje y hasta siempre.

Carlos Sanz Díaz, vocal de la Junta Directiva de AEMIC

Fue posiblemente a través de AEMIC que conocí a Josefina Cuesta, aunque bien hubiera podido ser a través de alguno de los innumerables proyectos y redes en las que ella participaba, y en las que la amistad y lo académico se aunaban de forma indistinguible, gracias a su enorme capacidad para conectar personas e iniciativas con esa mezcla de rigor académico, inteligencia, jovialidad y simpatía que tan bien la definían.

Asistí, en todo caso, como secretario de AEMIC, en los años en que Dolores Fernández fue nuestra presidenta, a la colaboración en un proyecto de investigación sobre memoria histórica que dirigía Josefina y que se desarrolló en el seno de la asociación, gracias a la financiación que otorgaba el Ministerio de la Presidencia del Gobierno durante los años de José Luis Rodríguez Zapatero. Conocí por fin de este modo a una historiadora y profesora de la que me habían hablado tantos discípulos y colegas, algunos formados con ella en la Universidad de Salamanca, y que siempre se referían a ella con una admiración, cariño y entusiasmo que, como pronto comprendí, estaban más que justificados.

Después, tras los años en que presidí AEMIC y al pasar a hacerme cargo de Migraciones & Exilios. Cuadernos de AEMIC, Josefina tuvo la generosidad de integrarse el Comité de Redacción de la revista, al igual que a la Junta Directiva de la asociación. Se había jubilado hacía poco y disponía de tiempo para reforzar la publicación de la ella misma había sido cofundadora, lo que hizo con total disponibilidad y un especial énfasis en la calidad y el cuidado formal de la revista.

Entre tanto colaboramos en la codirección de una tesis doctoral, realizada a medio camino entre Salamanca y la Complutense, en la que ella aportaba toda su experiencia y claridad de guía, su extenso conocimiento sobre cuestiones de refugiados y ayuda humanitaria, y su amplia experiencia en los archivos de la Organización Internacional del Trabajo en Ginebra, unos fondos cuya visita no se cansaba de recomendar, deseosa de compartir con propios y extraños un tesoro que solo lo sería de verdad si se difundía y se daba a conocer por cuantos más investigadores mejor. Creo que el brillo de sus ojos al hablar de los archivos de la OIT y su incitación a que los conociéramos, el conocimiento y la calidez con la que hablaba de las investigaciones que allí se podían desarrollar, son un buen ejemplo, solo uno más, de la generosidad y entusiasmo que Josefina derrochaba y que también sabía suscitar en los demás.

Vi a Josefina por última vez a través de la pantalla de mi portátil en la reunión de la Junta Directiva de AEMIC que celebramos por videoconferencia en verano de 2020, conectados desde Salamanca, Madrid, Barcelona, México, Francia, Estados Unidos y Argentina, haciendo frente con buen humor a los inconvenientes a los que nos obliga la pandemia. Meses después, la noticia de su fallecimiento parece irreal, un golpe injusto e irreparable en estos tiempos extraños. Nos queda su recuerdo y su ejemplo que, estoy seguro, seguirán dando fruto por mucho tiempo.

Sobre el autor

Aemic

La Asociación para el Estudio de los Exilios y Migraciones Ibéricos Contemporáneos (AEMIC) publica la revista Migraciones & Exilios. Cuadernos de la AEMIC, que se distribuye gratuitamente entre sus socios. Incluye las secciones: Dossier, Estudios,Testimonios y documentación, Notas y reseñas, y cuenta con las contribuciones de colaboradores interesados en su participación.

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